Dicen que en la vida de una persona no hay dos amores iguales, y que el primer amor no se puede comparar a ninguno otro amor. Dicen que el primer amor es para siempre y que los demás son para intentar olvidar al primero.
Lo siento, pero soy la excepción que confirma la regla. En mi experiencia, mi primer amor fue una obsesión, el segundo fue para cometer errores y el tercero es todo distinto.
Mi tercer amor es sincero, es bueno, es capaz de curar mi locura, mis heridas de guerra, es sano, es un amor que no hace sufrir que sólo hace bien, no es asfixiante, pero tampoco pasota. Es un amor que te da la suficiente libertad como para seguir siendo la misma, para no tener que cambiar por nadie. Es un amor que me quita mis miedos, mis inquietudes. Es un amor que supo hacer desaparecer mis pesadillas. No es un amor que obsesiona, pero tampoco te deja indiferente. Es un amor que te llena pero no te ahoga. Es un amor que suma y no resta.
Ahora, ahora es cuando realmente, sé lo que es amar. Amar, no significa tener que cambiar por la otra persona, amar y que te amen tiene que ser todo aquello que mi tercer amor me está dando, lo anterior no era amor, era una prueba para que cuando mi primer amor real viniera estuviera lista y preparada para no obsesionarme y para no cometer errores.
Al pensar en mi primer amor real, sólo pienso que lo amo y que me hace feliz, que nunca he sentido nada igual y no me preocupa nada malo. Soy Feliz, en este momento, soy Feliz.
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